sábado, 6 de septiembre de 2014
"Si escribieras igual que follas..."
No tenéis ni idea de lo bonito que era despertarme y verle a mi lado. Sus ojos cerrados, su boca entreabierta y las perfectas formas de su cuerpo como si de una escultura griega se tratara.
Hubiera dado todo lo que tenía por quedarme a vivir con él allí, en aquellos pocos metros cuadrados de aquella habitación de hotel. Pero ya se sabe, que los sueños al final son sólo eso: sueños; ilusiones y esperanzas rotas al chocar de frente con la realidad. Y la realidad era simple, no eramos más que un par de locos extraños disfrutando de nuestros cuerpos por unas noches. Y no estaba mal, eramos jóvenes y libres, no teníamos que dar explicaciones a nadie. Todo eran besos, sexo, caricias y champán. Pero la mañana del domingo llegó. Y él se fue. Cuando me desperté lo único que quedaba de él era el aroma de su perfume y una nota en la mesita:
Y desde entonces, ya sólo escribo para él.
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Es precioso. Es bueno saber que hay más personas que les gusta y se toman enserio esto de escribir. Ánimo. Y un beso enorme.
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